La Fiesta de la Primavera del Año del Tigre tiene un gran significado para el argentino Maximiliano Benatti: es el primer Año Nuevo chino que pasa con su hija recién nacida y además marca el 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Argentina. "Un nuevo comienzo para mi familia y para ambos países", asegura.

APASIONADO DEL IDIOMA CHINO

Maximiliano vive en Jilin desde hace ocho años. "En 2009 comencé a estudiar chino por interés hacia los carácteres chinos. Me dan mucha curiosidad", recuerda.

En ese momento, el joven argentino ya había conseguido trabajo en su país. Para aprender chino, un idioma interesante y misterioso para él, se levantaba temprano todos los fines de semana y realizaba un viaje de dos horas en autobús para asistir a las clases.

Gradualmente, aprender chino ha pasado de ser un pasatiempo a ser una parte importante de su vida, y la curiosidad por el idioma se ha extendido a la exploración y el amor por la cultura del gigante asiático.

En 2014, Maximiliano tuvo la oportunidad de estudiar en China. Contando con el apoyo de su familia, renunció a su trabajo y voló más de 20.000 kilómetros hasta el otro lado del mundo, llegando a Changchun, provincia de Jilin, en el noreste de China.

A partir de entonces, estudió chino en la Universidad de Jilin. Durante más de medio año de estudios en China, no solo se llevaba bien con amigos de todo el mundo, sino que también visitaba muchos lugares de interés histórico.

Cuando llegó por primera vez a China, Maximiliano sintió la calidez del pueblo chino. "El entusiasmo de los maestros, compañeros de clase e incluso de los transeúntes me hizo sentir como en casa y me di cuenta de que ese es el carácter único de los habitantes del noreste de China".

"Me enamoré del rico sabor de la comida china, y también del 'toque humano' característico de China", refiere.

MENSAJERO CULTURAL ENTRE CHINA Y ARGENTINA

"Afortunadamente, se aprobó mi solicitud para estudiar una maestría en enseñanza de chino para hablantes de otros idiomas en la Universidad de Jilin y vine a China en 2017 por segunda vez", cuenta.

Maximiliano tenía ganas de aprender e interpretar la rica y compleja cultura china desde una perspectiva extranjera. En 2019, recibió una beca del "Programa de Nueva Sinología" y continuó estudiando para un doctorado en Lingüística y Lingüística Aplicada en la Universidad de Jilin.

Con el estallido de la pandemia de COVID-19, Maximiliano fue testigo de la solidaridad y la efectiva gobernabilidad del país en el combate contra el nuevo coronavirus."Aquellos grupos vulnerables con dificultades para salir adelante fueron bien tratados y apoyados. Las personas compartieron suministros médicos como mascarillas y alcohol en los períodos más difíciles", refiere.

"China ha derrotado con éxito la epidemia y minimizado su impacto. Las personas obedecen conscientemente los requisitos de prevención de la epidemia y se ayudan mutuamente. Para mí, esa relación es lo que más amo de China", asegura.

La pandemia fue controlada rápida y efectivamente, pero la opinión pública en internet internacional estaba lejos de la verdad, lo que hizo sentir indignación a Maximiliano, pues se estaba cometiendo una injusticia. "Las noticias desde el exterior no reflejan la verdadera China".

Por lo tanto, fundó la cuenta pública de WeChat "Maximiliano aprende chino" y escribió artículos tanto en chino como en español sobre tradiciones e historias chinas, la situación real de la sociedad china y las diferencias culturales entre China y Argentina, combinados con vídeos para presentar la China real a ojos del extranjero.

Entre el choque de las dos culturas, Maximiliano interpreta a su manera el interés y la resonancia. La alegría de estudiar chino se ha convertido en la alegría de difundir la cultura del país.

Además, compartió conocimientos culturales chinos como el uso de palillos, el origen del jade y las costumbres de la Fiesta de la Primavera. Con el proceso de los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022, Maximiliano grabó vídeos que muestran cómo los chinos disfrutan de los deportes de hielo y nieve.

CHINA ES MI CASA

Aficionado a este país y su gente, Maximiliano califica como "el tesoro de China" a su pueblo amable e inteligente. "Este año se celebrará el 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Argentina", señala.

En ese sentido, apunta que China cuenta con grandes oportunidades de desarrollo mientras que Argentina tiene muchos recursos. "La cooperación entre ambos países logrará un beneficio mutuo y desarrollo sin precedentes".

Mientras estudiaba en China, Maximiliano conoció a una chica local, Wang Jue, y finalmente, contrajo matrimonio. "China es mi casa", asegura. En 2021 le dieron la bienvenida a una linda angelita, su hija. Ahora, Maximiliano ha decidido quedarse en China para siempre.

Con la exitosa organización de una serie de eventos internacionales como los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing, China ha atraído a muchos extranjeros. Ellos han empezado a aprender chino y profundizar sus conocimientos sobre el país y su cultura, incluso aspiran a trabajar y radicarse en China.

En el Instituto Confucio de la Universidad de Buenos Aires, donde Maximiliano estudió antes, el número de argentinos que estudian chino ha crecido notablemente, pasando de unos 10 alumnos en el momento de su fundación a más de 1.900 hoy en día.